Tuesday, October 26, 2010

"Premium Thoughts"

Ayer en el trabajo me entró la canina, como diría mi jefa. Ya habían pasado varias horas después de haber almorzado. Así que, como de costumbre, abrí el armario donde guardamos meriendas para todo aquel que quiera picar de vez en cuando y miré a ver qué me apetecía. Recuerdo que alguien había dejado uno de esos paquetes de fideos orientales de embuste, de esos que se calientan en el microondas. Ya llevaba mucho tiempo ahí pero, según la fecha de expiración, todavía estaban buenos. Así que, como nunca supimos de quién eran, decidí que era buen momento para darles muerte.

Al abrir el paquete vi que trajo dos bolsitas, una que decía "liquid seasoning" y la otra "premium ingredients." Esta última fue la que me llamó la atención. ¿Exactamente qué quiere decir que los ingredientes son Premium? ¿Quiere decir que son mejores? ¿Que son más caros? ¿Será que tienen más nutrientes o que te dejan más lleno? Me he percatado recientemente de una tendencia de ponerle esa palabra, premium, a un montón de cosas, sobre todo comidas. McDonald's vende Premium Coffee,  Nabisco hace unas galletas saladas Premium, Subway tiene una categoría de sándwiches Premium, Wendy's vende ensaladas Premium y sándwiches de pescado Premium. Y las gasolineras venden gasolina regular y gasolina Premium. La única diferencia que veo entre la comida Premium y la gasolina Premium es que con la gasolina sé por qué le ponen ese adjetivo. (Por si acaso, es porque el octanaje es más alto.)

Una mirada al New Oxford American Dictionary reveló que cuando le ponen ese adjetivo a algún producto es porque la calidad es más alta y, por lo tanto, el precio también. (Relating to or denoting a commodity or product of superior quality and therefore a higher price.) Lo del precio más alto lo creo; los productos Premium invariablemente cuestan más que los regulares. Pero, ¿mejor calidad? No sé. (Curiosamente, todas las demás definiciones tenían que ver con dinero.)

Si tuviera que escoger una palabra para describir los ingredientes de la bolsita que vino con los fideos que me comí, la verdad es que no sé cuál sería. Pero, definitivamente no sería Premium. Y estoy seguro de que no hay que ser de un país de Asia para estar de acuerdo conmigo.

Sunday, October 24, 2010

Ana Guadalupe no debe ser rectora de Río Piedras. Punto.

"Me felicito a mí y felicito a la Junta de Síndicos y felicito a Puerto Rico por haber escogido una científica extraordinaria y una administradora extraordinaria." Con estas palabras el Presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR), José Ramón de la Torre, anunció ayer sábado la confirmación de la Dra. Ana Guadalupe como rectora del recinto de Río Piedras.

Mientras el Presidente de la Universidad y la mayoría de los miembros de la Junta de Síndicos se congratulan entre sí, la comunidad universitaria mira horrorizada cómo los ejercicios democráticos de la administración de la UPR son pura apariencia y nada más. ¿Por qué molestarse en hacer un Comité de Búsqueda y Consulta si finalmente el Presidente nombró a quien le dio la gana? El rechazo de estudiantes, profesores y personal no docente al nombramiento de la Dra. Guadalupe como rectora fue claro y contundente. Una vez más queda de manifiesto la intransigencia de esta administración y la ausencia de diálogo con la comunidad universitaria.

Una administración responsable hubiese descartado a la Dra. Guadalupe como candidata a rectora. Nada más basta con recordar que fue ella quien dio la orden de que el recinto de Río Piedras se mantuviera cerrado hasta finales de junio. Cabe mencionar también que la falta de cursos y secciones ahora mismo en Río Piedras es producto de una orden explícita de ella de reducir la oferta académica en aras de ahorrar dinero. Y como si no fuera suficiente esto, la Dra. Guadalupe está también bajo sospecha de haber cometido perjurio en unas vistas públicas celebradas el 15 de septiembre. Un rector genuinamente dedicado a la Universidad jamás hubiese permitido que la calidad de la enseñanza bajo su administración y la imagen de la Universidad se afectaran de la manera en que lo está haciendo ella. Y mucho menos apoyaría una cuota draconiana de $800 impuesta a todo estudiante para paliar la crisis económica generada por ineptitudes, malversaciones y fraudes cometidos por administradores de su estirpe.

Por eso, ante los ataques claros a la autonomía universitaria, la transparencia institucional y a la democracia en la toma de decisiones administrativas, es ahora más que nunca que la UPR necesita gente comprometida con la educación superior pública de excelencia y accesible a toda persona sin importar su condición económica. Más que nunca hay que apoyar los justos reclamos de la comunidad universitaria. Y más que nunca Puerto Rico debe solidarizarse con sus estudiantes universitarios. Ahora mismo, somos lo mejor que tiene el País.