Saturday, December 27, 2008

Realismo mágico: El pan nuestro de cada día

Una noche que fui de compras con mi madre a Plaza las Américas fui testigo de una de las verdades más contundentes que escuché una vez decir a una profesora de literatura española que tuve. Lo que dijo que siempre se me quedó en la mente fue lo siguiente: en Puerto Rico vivimos el realismo mágico. No entendí del todo qué era lo que quería decir con eso, pero después de aquella noche en Plaza se me aclararon todas las dudas.

 Mientras caminábamos por los pasillos de Plaza vimos que había una concentración inusual de gente en la alfombra roja frente al kiosco de información. Al notar que mi mamá lo encontró extraño le dije que era que la gente estaba esperando a que cayera nieve. Ya yo había visto la nieve anteriormente, pero como ella no sabía que en Plaza se hacía eso, quiso quedarse los diez minutos que faltaban para la nevada y verlo por sí misma. Quince minutos más tarde (al igual que cualquier fenómeno atmosférico, la nevada no fue puntual), comenzó aquello que tanto esperaba la gente: comenzó a caer nieve. (En realidad era espuma lo que caía, pero si no le prestabas demasiada atención, parecía nieve al observador casual.) La reacción del público fue increíble. Era como si de repente les hubieran dicho que el partido de su preferencia arrasó en las elecciones o su boxeador favorito ganó por nocaut. Y todo por estar presentes vivenciando aquel momento tan surrealista en donde la nieve caía bajo techo y en medio de palmas en un mall del Caribe. Por supuesto, no podía faltar la aparición de Santa Claus saludando desde el segundo piso como si fuera Júpiter, el portador de la alegría.

Quizás el lector que no esté familiarizado con Puerto Rico y su idiosincrasia tan particular pensará que este tipo de fenómeno sólo puede ocurrir en el llamado Centro de Todo. Pero no. Antes de que existiera Plaza las Américas una mujer había hecho caer nieve en San Juan mientras fue alcaldesa…

Wednesday, October 29, 2008

Cobertura de participación de la Orquesta del Conservatorio en documental para la Fundación Susan G. Komen

Para ser lo más breve posible, la Fundación Susan G. Komen está haciendo un documental en Puerto Rico sobre el cáncer de seno y la música incidental fue escrita por estudiantes compositores del Conservatorio y fue grabada por la Orquesta del Conservatorio. Sin embargo, en uno de los periódicos lo que dice es que fue la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico con la integración de estudiantes del Conservatorio.

Este tipo de problema no es nada nuevo, y menos en el ámbito musical de Puerto Rico. Aun así, no puedo dejar de sentir una gran molestia por que se siga perpetuando. Recuerdo que en la cobertura de la inauguración de la nueva sede del Conservatorio pasó lo mismo: en la página de Ciudad Mayor se reportó que la orquesta que tocó aquella noche fue la Sinfónica de Puerto Rico. En aquellos periódicos que sí reportaron que fue la Orquesta del Conservatorio, se quedaba incompleta la información al no incluir uno de los otro cuatro conjuntos que participaron (Banda, Orquesta, Coro del Conservatorio y Coro Nacional); ni hablar de las muchas personas que estuvieron como músicos colaboradores. Me duele decirlo, pero no veo tampoco mucha voluntad de parte del Conservatorio para protestar contra este tipo de injusticia.

Quizá a algunos la palabra injusticia suene muy fuerte, pero sencillamente es eso: una injusticia. No se trata de que el nombre de tal o cual persona o conjunto no haya salido bien, sino lo que implica esto. Volviendo al caso original, al ser la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico con "la integración de estudiantes del Conservatorio," el mensaje que se envía es que de alguna forma u otra, la Orquesta del Conservatorio y sus estudiantes es de alguna manera insuficiente. Se le roba al país la oportunidad de maravillarse y sentir orgullo de que semejante joya como lo es el Conservatorio pueda ser donde diariamente se den los pequeños milagros de una juventud activa, diestra, sana y capaz de producir belleza.

Monday, October 20, 2008

Resultado de la Reunión del Senado

Fue una reunión interesante. Definitivamente fue corta, no el maratón de casi siempre (senado-fest, como le dice el Decano Asociado), algunas 2 horas, más o menos. Lo que se decidió es que si el edificio se logra terminar en o antes de la semana número 12 del semestre, entonces nos mudamos. Si se termina después de esa semana, terminaremos el semestre en Hato Rey. 

Esta decisión me sorprendió un poco porque esperaba que la mayoría de la gente dijera que a estas alturas no valdría la pena mudarse. Sin embargo, a pesar de que voté en contra, la decisión tenía cierta lógica. Puede que en los primeros días haya mucha gente desorientada y que hayan un sinnúmero de cosas que no funcionen bien, pero algo que sí tendríamos es espacio en los salones y cubículos para practicar. Además, el contratista estaría todavía allí haciendo terminaciones, así que, cualquier cosa que veamos que no funcione, se lo podemos decir inmediatamente. Personalmente, aunque es más probable que se entregue el edificio en noviembre, tengo todavía mis dudas de que se termine a tiempo. Pero, no puedo dejar de pensar de que sería bueno poder sacarle el jugo al dinero extra que me cobraron este semestre por cuota de tecnología, o algo por el estilo, ya que no hay esperanza de que reembolsen ese dinero si no nos mudamos.

Después de la reunión aproveché e invité a la Rectora a un café. Sentí que sería bueno que nos sentáramos a hablar casualmente fuera del marco de Rectora-estudiante. Fui el primero en llegar al Starbucks y me senté a esperar. Me impresionó con el mero hecho de recordar la cita y llegar. Resulta ser una persona muy interesante, una vez que uno logra establecer una conversación real. Recuerdo que hablamos de todo un poco, y sí, se habló del Conservatorio, la Nueva Sede y el estudiantado. Fue interesante verlo desde el punto de vista de ella. Y creo que ella también se llevó una perspectiva nueva que no había podido apreciar anteriormente. Espero sinceramente que ésta no sea la última vez que una Rectora se sienta a tomar un café con un estudiante...

Thursday, October 9, 2008

Reunión Senado Académico: Mudanza Nueva Sede

Mañana es la reunión del Senado. Van a consultar a la comunidad académica sobre qué prefieren: si mudarse en noviembre cuando la Nueva Sede va a estar lista (supuestamente) o si esperar y terminar el semestre en Hato Rey para entonces hacer la mudanza durante las vacaciones en diciembre y comenzar allá en enero. Qué pena me da con los estudiantes que se mudaron a Miramar y no tienen carro. Qué difícil se les debe estar haciendo todo. No puedo dejar de pensar que la decisión de informar que se iba a comenzar el semestre en la Nueva Sede fue una decisión irresponsable. Personalmente, no creo que nos hayan mentido a propósito. Simplemente creo que fue eso: una decisión mal hecha y basado en lo que en inglés se conoce como “wishful thinking.” No entiendo todavía exactamente por qué pasó todo este rebolú, porque el contratista del edificio histórico nos dijo claramente que no era realista pensar que para mediados de octubre se iba a terminar el proyecto. De hecho, dijo que noviembre (que es la fecha que se está diciendo ahora) era más cercano a la verdad (asumiendo que no haga mal tiempo). Claro, entiendo que el tipo sigue siendo contratista al fin. No entiendo por qué, entonces, se decidió hacerle a todos ajustar sus trabajos, estudios y vidas con sólo la esperanza de que se iban a poder terminar los trabajos a tiempo, y nada más. No hubo nunca algo que hiciera pensar que, con el historial de atrasos que ese edificio tiene, de alguna manera se iba a avanzar la restauración. Yo no dudo de que la Administración haya tenido buenas intenciones y que hayan trabajado mucho, pero hay un refrán que dice que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones.

 

De todos modos, lo que está hecho, hecho está. Yo creo que esta vez sí se va a terminar el edificio en la fecha que dijeron (nunca creí ni por un momento que nos mudaríamos en octubre, aunque sí tenía la esperanza de que me hubiese equivocado). Pero, como todo puede pasar en Puerto Rico (huracanes en diciembre, lluvias, dinero que falte de momento, cambio de gobierno, cierre de gobierno, terremotos, meteoritos que caigan sobre la Nueva Sede, que Estados Unidos nos deje a la deriva de un día pa’ otro, guerra nuclear, o que sencillamente se acabe el mundo), creo que sería prudente pensar en qué podríamos hacer si llega enero y todavía no esté listo el %&#@! edificio. Ahí sí entiendo que debemos protestar en grande. Quizá la única manera de hacer que se acelere el proceso si eso pasa es hacer un tipo de huelga no en contra de la Administración (porque al fin y al cabo, no pueden hacer nada), sino más bien para llamar la atención del país y del gobierno para así solicitar una investigación oficial en todo este asunto para ver qué realmente está pasando con este proyecto y que la presión de la prensa haga que se termine la restauración del edificio histórico de una vez por todas. No sé si debo mencionar esto en la reunión de mañana.

 

De hecho, no sé qué es lo que esperan de mí mañana. No sé si sencillamente voy a ser testigo de lo que se diga allí o si realmente pensarán en consultarme para saber el sentir del estudiantado en todo esto. Vamos a ver qué pasa…