Sunday, August 8, 2010

Despojos a diestra y siniestra: Sobre la incompetencia de los dirigentes de la UPR

Las noticias que han salido en los periódicos del país en los últimos días sobre la Universidad de Puerto Rico han sido muy reveladoras. Estas noticias hablan mayormente sobre la falta de cursos y secciones en la oferta académica de los recintos (sobre todo en el de Río Piedras) y sobre la posibilidad de cerrar hasta cuatro recintos y/o vender terrenos.

Vale la pena aclarar que esta información sobre el cierre de recintos no se ha confirmado por la administración central de la UPR, ya que esta última no es una declaración oficial, sino producto de entrevistas con fuentes sin identificar. La administración central de la UPR no ha reaccionado todavía al artículo de El Nuevo Día en donde se da a conocer la intención de estudiar la posibilidad del cierre o fusión de recintos. (Se espera que haya una declaración de parte de la Junta de Síndicos en los próximos días.) Sin embargo, dadas las medidas poco creativas que han tomado para paliar el déficit del sistema universitario, no debe sorprender a nadie si se llegase a confirmar.

Son precisamente estas medidas que carecen de creatividad, inteligencia y sensibilidad las que demuestran las intenciones verdaderas de los dirigentes de la UPR. Permitir que se afecte tan drásticamente la oferta académica, poner en peligro un sinnúmero de trabajos tanto de personal docente como no docente y el mero acto de contemplar el cierre de recintos y vender sus terrenos sencillamente no son opciones aceptables (ni hablar del golpe duro al bolsillo del estudiante). Bajo ninguna circunstancia un administrador de un sistema como el de la UPR, que se ha distinguido por su calidad académica y que es parte del patrimonio nacional, debe ni tan siquiera pensar en hacer tales cosas. Si a los dirigentes del sistema realmente les importa el bienestar de la UPR como les debería importar a personas en sus cargos, estarían luchando con uñas y dientes por devolverle el prestigio y la salud fiscal a la universidad. Estarían tratando de cobrar la deuda multimillonaria de Triple S con la universidad, habrían adoptado las recomendaciones que la misma comunidad académica hizo para atender el déficit sin que afectara demasiado a quienes menos tienen, protegerían los terrenos de los recintos (asegurando así el potencial para el crecimiento futuro) y estarían exigiéndole al Gobernador que le devuelva a la universidad el dinero que por ley le corresponde. Hacer menos que esto sería una deshonra a la tradición de excelencia de la universidad y una traición al futuro de Puerto Rico.

Así que, ¿qué exactamente revelan las noticias de los últimos días sobre los dirigentes de la UPR? Sencillamente, su total incapacidad para ocupar los cargos que ostentan. Además, le dan peso a algo que he pensando durante cierto tiempo: si uno es incompetente, ¿uno será capaz de saberlo?

Tuesday, August 3, 2010

Un ciclo vicioso: Escuelas paupérrimas y sillas vacantes

A sólo días de comenzar el nuevo año escolar, los puertorriqueños nos encontramos una vez más ante un panorama alarmante: las escuelas del sistema público de enseñanza no están listas para recibir estudiantes el primer día de clases. Lamentablemente, es un panorama al cual estamos acostumbrados. De hecho, mi generación da por sentado que las escuelas nunca están listas para comenzar el año escolar y que es una situación que se repetirá año tras año. Dado el ambiente económico y político actual del país, no creo que sea del todo incorrecto tomar esa posición. Es hasta lógico pensar así.

Lo que resulta alucinante, sin embargo, es que se haya permitido que el sistema educativo se degenerara de esta manera por tanto tiempo. ¿Por qué, si se sabe que habrá falta de personal, tanto docente como no docente y edificios con problemas desde hongo hasta sabandijas (y en este caso, cambios de Secretario de Educación a cada rato), no se han tomado medidas para prevenir o por lo menos disminuir los problemas que comúnmente encontramos a principios del año escolar? Las medidas que el Gobierno puede comenzar a tomar no requieren que uno sea un genio para saber cuáles son; sin embargo, requieren mucha voluntad de parte de quienes están en el poder.

Una de esas medidas que pueden ayudar a largo plazo al Departamento de Educación (DE) es despolitizarlo. El Secretario de Educación no se debe cambiar cada cuatro años y depender de que el Gobernador de turno, quien puede o no tener peritaje en Educación (o asesores decentes), lo nombre. No debe ser una persona que siga a ciegas una agenda política o cuya cualificación más sobresaliente sea lealtad total al Gobernador de turno (como es el caso del Presidente de la Universidad de Puerto Rico y la mayoría de los miembros de la Junta de Síndicos). Este nombramiento no puede ser de confianza. Debe ser hecho por gente que tengan que ver directamente con el DE y tengan conocimiento de cómo funcionan las escuelas en realidad. Es decir, la designación del Secretario de Educación la deben hacer maestros. Nada más con hacer ese cambio se haría mucho por mejorar las condiciones de las escuelas del país, como pasó con el sistema de educación pública de Finlandia. De lo contrario, se seguirá inventando la rueda cada cuatro años y el DE continuará careciendo de un plan y una visión a largo plazo.

Por eso, no debe extrañarnos que las escuelas no estén listas para el comienzo de clases. Lo que sí nos debe preocupar y lo que debemos examinar detenidamente es por qué hemos dejado que esto suceda durante tantos años, por qué hemos permitido que se le haya quitado dinero a lo que más deberíamos estar apoyando (agravando más todavía un problema que ya era grande) y por qué le hemos negado a los niños de Puerto Rico el derecho a una educación en condiciones adecuadas.

Monday, August 2, 2010

¿Vives en San Juan y quieres reciclar? 'Dito...

Hoy fui a llevar dos bolsas de basura llenas de botellas plásticas listas para reciclar al centro de acopio que está en el estacionamiento del Acuaexpreso, justo frente al Choliseo, en Hato Rey. Cuando entro al estacionamiento para dejar las botellas que iba a reciclar, encuentro la entrada a la parte donde están los contenedores bloqueada por una enorme máquina o contenedor (realmente no sé lo que era). Me detengo un momento a considerar si debo irme. Miro hacia los contenedores, pero no veo a nadie. Veo que hay carros estacionados cerca de ellos y decido entrar en contra del tránsito por la salida para poder estacionarme y dejar el plástico que llevaba.

Mientras voy acercándome al área de los contenedores, veo que están completamente abandonados. Todos y cada uno estaban llenos por encima de su capacidad de basura, sobre todo los de plástico, que estaban rodeados por una montaña de bolsas de basura. Hago un intento por ignorar mi frustración y molestia y añado mis bolsas al pie del monte de plástico. De camino a mi guagua, veo a alguien salir de detrás de uno de los contenedores y le pregunto si trabaja ahí. Me contesta que sí y procedo a preguntarle de la manera más tranquila que se me hizo posible por qué el centro de acopio está en semejantes condiciones de abandono. Me dijo que hacen como dos meses que el Municipio de San Juan no pasa a recoger la basura para reciclar.

Esto me sorprende sólo un poco, pues trabajo en una biblioteca que recicla los periódicos viejos y he sido testigo de lo flojo e indolente que es el Municipio de San Juan en ir a recoger los periódicos para reciclar. Sin embargo, no deja de molestarme que el Municipio sea tan descuidado con su propio centro de acopio. Recuerdo que hace como dos años, ese centro estaba bien cuidado y organizado; siempre había alguien allí que se encargaba de mantenerlo en orden. Ahora, hay veces en que uno va y no hay nadie trabajando allí, la basura se mezcla y hasta han dejado de recoger vidrio. Todo esto es el resultado de la nefasta Ley 7.

En un país donde llevar la basura a reciclar es casi un acto heroico, ¿cómo pretende el Gobierno fomentar que los ciudadanos mantengan limpias las ciudades y reducir la cantidad de desperdicios que van a parar a los vertederos si son ellos mismos los que desalientan a la ciudadanía a realizar estos pequeños actos de conciencia?