Sunday, March 18, 2012

Kony 2012, parte 2: El fenómeno en Puerto Rico


Puerto Rico no estuvo ajeno a la campaña Kony 2012 en las redes sociales. Como dije anteriormente en la primera parte de esta serie, me sorprendió cuánta gente estaba compartiendo el video en el news feed de Facebook. Por un momento pensé: Yo he puesto montones de enlaces sobre temas igual de serios y urgentes y nunca he visto esta reacción entre mis contactos en Facebook. Pero, si esto es cierto, pues, que para bien sea. Prefiero pensar que es una falacia eso de que los puertorriqueños son apáticos a este tipo de cosa.

De hecho, sigo pensando así. A pesar de que en estos días se detuvo a Jason Russell por conducta inapropiada en público, haciéndole un daño probablemente irreparable a su campaña y a su ONG, pienso que hay algunas cosas que se pueden sacar de todo esto.

Yo creo que aquello que nos pasamos repitiendo a lo loco, de que los puertorriqueños somos apáticos, es eso mismo: una falacia. Yo no creo que la gente realmente sea apática. Creo que está hastiada, harta y cansada, eso sí. Pero creo que parte de lo atractivo de la campaña y una de las razones por la cual tuvo tanta acogida era que a la vez que te dejaba saber sobre los crímenes que se estaban cometiendo por el LRA (desbalanceadamente, claro está), te daba un plan de acción claro que uno podía seguir para sentirse que se estaba haciendo algo. Y creo que eso es lo que a muchos les hace falta.

No vivimos en una sociedad que te dé opciones claras para promover cambio. En nuestro sistema político no existe un mecanismo que permita la revocación de mandato para no tener que esperar cuatro años para quitar funcionarios electos de sus cargos, por dar un ejemplo. A los partidos les gusta gobernar por mayoría absoluta en todas las ramas de gobierno y es por eso que se dan los procesos atropellados que se dan aquí, por que nada se lo impide. Ante un cuadro como ese, ¿qué opciones efectivas hay para lograr cambio? Ya no se puede depender de las opciones tradicionales. Hay que pasar más trabajo para lograr conseguir alternativas efectivas y creativas.

Eso fue lo genial, si se me permite esa palabra, del video de Kony 2012: tenía un plan claro y un mecanismo definido sobre cómo proceder e involucrar masivamente a los ciudadanos de todos los países para lograr un cambio trascendental. Si cómo lo hicieron fue lo apropiado o lo correcto, se puede debatir (personalmente, pienso que cometieron muchos errores). Pero lo que no se puede negar es que la estrategia de Invisible Children funcionó mejor de lo que nadie se esperaba.

Así que, no estoy de acuerdo con la gente que cínicamente tachó la supuesta "efímera solidaridad de los boricuas" como un acto pasajero de hipocresía. Yo pienso que había un interés genuino de ayudar en lo que se pudiera. Pero aquellos que les encanta generalizar ignoran dos cosas:

1. Es desesperante tener conocimiento de las atrocidades que se cometen en contra de la humanidad y sentirse impotente. El instinto natural de uno es de estirar la mano allende los mares para de alguna manera decretar el cese de todo mal y milagrosamente restaurar el bien a las gentes afectadas. Pero sabemos que el mundo no funciona así. Por lo tanto, como mecanismo de defensa, muchos sencillamente escogen no mantenerse al tanto de ese tipo de noticia. Es agobiante para la psiquis de muchos.

2. No se debe caer en la trampa de establecer una jerarquía de prioridades cuando se trata de ayuda humanitaria o social. Muchos andaban diciendo que si el puertorriqueño quería hacer algo, debía primero mirar su propia situación y atender de la misma forma los problemas que nos aquejan aquí, tales como la criminalidad, la violencia hacia las mujeres, la pobreza, etc. ¿Estas personas de veras creen que con un video similar al de Kony 2012 se solucionarían esos problemas? Lo único que harían sería movilizar gente para hacer un reclamo común, pero no aportaría nada concreto para solucionar esos problemas. Estos problemas requieren un esfuerzo sostenido en el día a día, en la mayoría de los casos en forma de acciones pequeñas que aisladamente no afectan el macro, pero que a largo plazo tendrían un efecto hondo y duradero. Pero si alguien siente que debe ayudar a las personas en otro país, no debe a esperar a solucionarlo todo en el suyo para poder hacerlo. Nunca habrá falta de cosas que arreglar aquí ni en ningún otro lado. Usualmente la gente que espera por el momento adecuado no terminan haciendo nada.

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