Sunday, January 16, 2011

Impotencia, creatividad y medicina amarga

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Ha sido una semana turbulenta para la Universidad de Puerto Rico.

Para comenzar, el Centro de Estudiantes del recinto de Río Piedras fue vandalizado por un grupo de encapuchados. (Debo decir que en general, ha sido bastante contundente el repudio hacia las acciones de las personas que innecesariamente dañaron el Centro.) Al día siguiente, varios estudiantes que repartían hojas sueltas en el recinto y que no cometieron delito alguno fueron arrestados. Ese mismo día la Unidad de Operaciones Tácticas regresó al recinto, trayendo nuevamente las confrontaciones violentas entre policías y estudiantes. La prohibición de toda actividad de participación masiva en el recinto de Río Piedras por la rectora Ana Guadalupe se extendió por treinta días adicionales gracias a la Junta de Síndicos. Suenan fuertes rumores de que habrá un cambio en la presidencia de la Universidad. El gobernador Luis Fortuño escribió en una columna en El Nuevo Día que creará un comité para que lo asesore sobre cómo reestructurar la Universidad "desde sus cimientos," si es necesario. Varios programas, entre ellos el de Estudios Hispánicos, están en peligro de "pausar" el próximo año académico. Y como si no fuera suficiente, se comenzó a cobrar la cuota draconiana de estabilización fiscal y nadie tiene claro cómo se repartirán los fondos que se crearon para que los estudiantes la pagaran ni cuándo van a estar disponibles.

Y esto es sólo la primera semana de clases de este año.

Estos y otros sucesos dan una idea de cómo la comunidad universitaria ha sido invadida en esta semana por un abrumador sentimiento de impotencia ante lo injusto de su situación. Para echarle sal a la herida, los estudiantes se ven obligados a comenzar a pagar la cuota con su propio dinero, sacándolo de donde no lo tienen, pues las ayudas que tanto se les prometieron no estarán disponibles por el momento. De lo contrario, no podrán continuar estudios este semestre en la Universidad.

Esto es un golpe duro a la moral del movimiento estudiantil, ya que en estos momentos no les queda otra alternativa. Sin embargo, es por eso mismo que me parece que este año veremos de qué son realmente capaces la imaginación y la perseverancia de los estudiantes universitarios. En medio de esta crisis no han faltado las ideas innovadoras y brillantes. Creo que podemos esperar más de eso, esta vez en torno a mecanismos de presión, ya que evidentemente, hay que ingeniar nuevas formas de protesta que den mejores resultados.

No obstante, el 2011 promete traer más de esa medicina amarga que se le ha dado en sobredosis a la Universidad. Así que concluyo este deprimente artículo con la siguiente sugerencia: Si se tiene que pagar la cuota, que se pague con monedas o con billetes de denominaciones bajas en señal de protesta. Si la administración universitaria tiene tantas ganas de cobrar la cuota, no debería molestarles pasar el trabajo de contar monedas y billetes de uno o cinco dólares.

Si hay que empujarse más de la medicina amarga, por lo menos que se haga como dice la canción: "For a spoonful of sugar helps the medicine go down..."

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